miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Benditos huevos!

Y a había quedado claro que el denostado huevo de gallina aporta proteínas de primera calidad y que su colesterol (500 miligramos de colesterol por 100 gramos de huevo) no influye en el incremento de colesterol en sangre. El aumento se achaca ahora a las grasas saturadas (leche y derivados, carnes grasas, embutidos), a las grasas trans (se forman en los procesos de hidrogenación de grasas vegetales) e incluso a los hidratos de carbono. El colesterol del huevo queda libre de culpa.

Pero la cosa no queda ahí (XL-Semanal 1246, 11-17 de septiembre). Los huevos, de gallinas alimentadas con maíz o trigo, contienen dos aminoácidos (triptófano y tiroxina) con elevadas propiedades antioxidantes que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y cánceres. Al cocer o freír el huevo, las propiedades se reducen, pero aún así, siguen siendo elevadas y se evitan los riesgos que se derivan del consumo de huevos crudos.

Los péptidos que resultan de la degradación de las proteínas del huevo actúan de forma equivalente a los fármacos para disminuir la hipertensión. Los huevos contienen luteína (un caroteno) y zeaxantina, que reducen los riesgos de la degeneración macular. Todavía tienen más cosas buenas, así que ¡benditos huevos!

Procure elegir bien los huevos y disfrutar de ese manjar maravilloso (frito, cocido, escalfado, en tortilla) antes de que aparezca otro estudio que demuestre los peligros del consumo de huevos.

http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2011/09/14/0003_201109G14P13992.htm

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